Hacía ya tiempo que no os traía una receta de risotto, y tengo la sensación de que la que os traigo hoy os va a encantar. Una receta de risotto deliciosa con higaditos de pollo que los italianos llaman risotto ai fegatini, un clásico que yo voy a adaptar a mi forma de entender la cocina. Incluiremos la pera que suavizará nuestro risotto y albahaca que lo aromatizará. ¿Te atreves con él? ¡Pues al lío!
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INGREDIENTES
2 personas
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ELABORACIÓN
- Lo primero que vamos a hacer es pelar, lavar y picar en brunoise (dados pequeños) la cebolla y el ajo. Una vez picados, calentamos un fondito de AOVE en una sartén y cuando esté caliente empezamos a pochar la cebolla con el ajo, una pizca de pimienta negra molida y sal.
- Cuando la cebolla esté pochada, incorporamos los higaditos de pollo que habremos lavado, y troceado previamente. Junto con los higaditos añadimos la pera pelada, descorazonada y cortada en gajos.
- En cuanto nuestros higaditos estén bien dorados agregamos el arroz y comenzamos a rehogar durante un par de minutos. En este momento y de manera opcional podemos agregar el colorante alimentario. Mientras cocinamos el risotto pondremos a calentar el caldo de pollo en un fuego anexo, ya que éste debe estar muy caliente todo el tiempo.
- Ahora que el arroz ya está sofrito, vamos a agregar el vaso de vino blanco. Subimos ligeramente el fuego y no dejamos de remover el arroz con una cuchara de palo mientras el alcochol se evapora.
- Cuando el alcohol haya evaporado, es cuando vamos a hidratar nuestro arroz con el caldo. Con la ayuda de un cucharón vamos agregando poco a poco el caldo. Echamos un poco de caldo y empezamos a mezclar el risotto. Cuando el arroz haya absorbido el caldo, echamos más y seguimos moviendo el arroz para que libere el almidón y consigamos esa melosidad propia del risotto. Seguiremos echando caldo y removiendo tantas veces como sea necesario, hasta que el arroz esté en su punto.
- En cuanto el arroz esté casi listo, apagamos el fuego e incluso lo quitamos del mismo para evitar el calor residual (si usas vitro o inducción). Ahora es cuando añadimos tres cucharaditas de mantequilla, espolvoreamos por encima el queso parmesano, y también una picada de hojas de albahaca fresca.
- Removemos bien el risotto hasta que funda la mantequilla y el queso. Llegado a ese punto ya lo tendremos listo para comer.
Consideraciones
- El caldo con el que hidratamos el arroz de un risotto debe estar siempre muy caliente, así que lo tendremos siempre en una ollita hirviendo durante toda la receta.
- Para hacer un risotto el mejor arroz sería uno de variedad arborio o carnarolli pero el arroz bomba también nos puede servir.
- Intenta utilizar caldos caseros que aportan mucho más sabor a tus arroces, aunque si vas con prisas siempre puedes comprar un caldo ya preparado en el supermercado. En ese caso compra siempre caldos de la máxima calidad.
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