¡Como me molan las croquetas! Pero, ¿a quién no? Tan cremositas por dentro y crujientes por fuera, con infinidad de combinaciones que jamás llegaremos a completar. Hoy precisamente tenía un antojazo enorme de croquetas, ya eran demasiadas semanas sin cocinarlas y aprovechando mi día libre en el trabajo sabía que era el momento de recrearme. Las vamos a hacer de longaniza blanca de cerdo (salchichas frescas) y cebolla, y os aseguro que tienen un sabor intenso y realmente delicioso. ¡Vamos al lío!
-----------------------------------
INGREDIENTES
1 cucharada de harina
-----------------------------------
E L A B O R A C I Ó N
Sofreímos la longaniza y la cebolla
Lo primero que vamos a hacer es un sofrito con nuestra cebolla y nuestra longaniza de cerdo. Así que vamos a retirar la tripa a nuestras salchichas frescas y a reunir la carne picada y especiada en un bol. En una sartén (la que utilizaremos durante el cocinado de toda la receta), vamos a sofreír la carne picada en un pequeño fondo de aceite de oliva virgen extra y cuando la tengamos bien doradita la reservamos. La cebolla la vamos a cortar en brunoise (daditos pequeños) y la reservamos para empezar a cocinarla en el siguiente paso.
Haciendo la bechamel
En una sartén con fondo incorporamos un chorro de aceite de oliva virgen extra y en cuanto caliente incorporamos nuestra cebolla bien picadita, la sazonamos y la pochamos a conciencia hasta que quedé bien marroncita y tierna. Seguidamente vertemos la cucharada sopera de harina. Tostamos bien la harina y a continuación echaremos los 250 ml de leche. No dejamos de remover para que no se nos pegue y hasta que la mezcla empiece a cuajar, En cuanto empiece a ganar consistencia incorporamos una pizca de nuez moscada molida o rallada, sal y pimienta. Por último incorporamos nuestra longaniza de cerdo ya cocinada. Cuando la bechamel esté con la textura adecuada, esto es, ni muy ligera ni muy pesada, apagamos el fuego, pasamos la mezcla a una fuente y dejamos que enfríe primero a temperatura ambiente y después en el frigorífico.
Damos forma, empanamos y freímos
Dejamos que enfríe bien en el frigorífico porque la bechamel en frío cuaja y es, obviamente, más fácil de manipular y dar formas a nuestras croquetas. Una vez que les damos forma las pasaremos primero por pan rallado, después por huevo batido, y otra vez por pan rallado. Siempre que las pasemos por pan rallado sacudimos bien la croqueta para evitar un exceso de éste y no nos quede un empanado grueso y poco apetecible. Por último las sumergimos en abundante aceite de oliva virgen extra muy caliente y les daremos vueltas hasta que estén doraditas.
¡Y aquí las tenemos! Mirad que cremositas quedan por dentro, ¿no os parecen deliciosas? Con esta pinta como podríamos resistirnos. Os aseguro que después de probar la primera querréis acabar con la fuente entera.
Consideraciones
- Hay quienes pasan la croqueta por harina antes que por pan rallado y huevo. Yo tampoco lo recomiendo, pues aunque si es verdad que ayudará a sellar mejor el empanado de nuestra croqueta también ganará grosor y una croqueta debe tener un empanado fino y crujiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Tienes alguna duda? ¡No te cortes! SIEMPRE respondo los comentarios.